LOS DIARIOS DELFÍN: Nº 3

El Dios de las Pequeñas Cosas o Cómo Vivir en el Paraíso

por Celia Fenn

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Viernes 13 de mayo, 11.00am

penguins5.jpg Esta es una época del año bastante inquieta aquí en Ciudad del Cabo. Hemos pasado las primeras tormentas del invierno, y por eso los delfines no han estado mucho por aquí, prefiriendo las aguas oceánicas profundas a las turbulentas aguas costeras. Además, también estamos esperando, con gran expectación, la llegada a nuestras aguas de las Ballenas Australes procedentes de su temporada de apareamiento y parto.

Así pues, bajo la guía de nuestros maestros delfines, Terry y yo decidimos emprender una experiencia de otra clase diferente en nuestra aventura creativa esta semana. Visitamos la colonia de pingüinos del Parque Nacional Table Mountain. Es un momento lleno de ilusión, porque la colonia de pingüinos está en su estación nupcial y ¡podemos acercarnos mucho y disfrutar no sólo de la presencia de los pingüinos adultos, sino también la de los polluelos recién llegados!

Esto es posible gracias a que el Parque Nacional ha elaborado recorridos a través del bosque costero desde los que la gente puede ver a los pingüinos, pero, para no molestarlos a ellos ni a sus familias, ¡hay que quedarse detrás del cercado que mantiene a los pingüinos dentro de su colonia y fuera de los suburbios!


¿Los suburbios? Pues sí. El Parque Nacional y Reserva de pingüinos de Table Mountain está situado entre los suburbios de Ciudad del Cabo de Seaforth y Boulders Beach. El Parque Nacional de Table Mountain es algo único en sí mismo, ya que, hasta donde sé, ¡es el único parque nacional que está situado por entero en el interior de una ciudad!

Definitivamente, ¡es un modelo para el futuro! De cómo los humanos, en su compleja socialización urbana, pueden coexistir con los animales y la naturaleza.

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Esta colonia de pingüinos, la mayor afincada en tierra de toda África, ha estado allí desde el siglo XIX, cuando los pingüinos, al parecer, fueron criados en "granjas" por sus huevos. Posteriormente la colonia fue liberada, pero ellos siguieron viniendo. Cuando se desarrollaron los suburbios, se produjeron tensiones porque los pingüinos invadían los jardines buscando sitios para anidar. Desgraciadamente, algunos murieron al intentar cruzar la autopista principal en su búsqueda de lugares de anidamiento.

La respuesta fue cercar la zona de la playa y declararla parque nacional, con un acceso supervisado para los visitantes. Eso financia el cercado que mantiene a los pingüinos a salvo y a los propietarios de los suburbios felices. Ahora, pingüinos y humanos comparten un espacio en el que ambos pueden prosperar y disfrutarse mutuamente.

En realidad, los pingüinos tienen acceso a una de las lenguas de playa más prístinas y hermosas, que se ha mantenido así para disfrute de todos, incluidos los propietarios cuyas casas bordean la colonia de pingüinos. Y así, coexistimos y nos disfrutamos juntos. ¡Me gusta pensar que estas ruidosas y bulliciosas aves sienten tanta curiosidad acerca de nosotros como nosotros de ellos!

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Desde luego, no se asustaron de nosotras, y nos permitieron tener un acercamiento muy cercano y personal. ¡Con respeto! (¡Esos picos son bien afilados!) Así pues, bajo la guía de nuestros amables maestros delfines, pudimos experimentar la sensación de compartir con ellos un aspecto de las aventuras de la colonia de pingüinos cuando los nuevos pollitos recibieron su bienvenida a la colonia y a su encarnación terrestre.

¡Esto nos hizo ser nuevamente conscientes de la aventura que es la vida en el Planeta Tierra! La encarnación material es una bendición y una aventura que compartimos con todas las especies que habitan nuestro planeta. Y la clave es COMPARTIR. Hay sitio para que todos nosotros disfrutemos de la aventura de la encarnación física si manejamos nuestro espacio y nuestros recursos con amor y generosidad. Nosotros, como humanos, podemos ser la especie dominante, pero tenemos que aprender a compartir con las demás especies que honran nuestras vidas con su presencia. Estaríamos verdaderamente solos sin estos hermanos y hermanas del mundo animal.

Así, mientras esperábamos la gran presencia de esos cetáceos gigantes que son las ballenas australes, los Maestros Delfines nos empujaron amablemente a tomar más conciencia de que las cosas más pequeñas también manifiestan la belleza y el amor del Creador.

Y Terry y yo realmente experimentamos esto hoy cuando pasamos la mañana en la playa cercana a la Colonia de Pingüinos. Hay marea baja, y se nos han revelado numerosas piscinas excavadas en la roca y formaciones a base de restos d caparazones!

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Pasamos la mañana como niñas, investigando las piscinas de roca y disfrutando de los colores de las anémonas marinas, parecidos a los de las gemas. Mirando las gaviotas mientras picoteaban los caparazones de los moluscos y erizos de mar que había en las rocas para poder alimentarse.

Examinando los destellos de las rocas y los acantilados.

Escalando por las rocas y los acantilados.

Y paseando entre el mar y el cielo en este maravilloso Paraíso Tierra.

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¡Sí, los Maestros Delfines dicen que en la sexta dimensión sólo se ve lo que es bello y mágico, incluso en las cosas más pequeñas!

El dolor, el miedo y la ira son las ilusiones dominantes de la tercera dimensión. Cuando asciendan a las Dimensiones Superiores de la conciencia en las que trabajan los Maestros Delfines, empezarán a ver y a experimentar la belleza y la maravilla de la vida material.

Conocerán al Dios de las pequeñas cosas... en todos los aspectos de su vida. Y experimentarán la maravilla y la alegría del niño mágico que vuelve a investigar una piscina excavada en la roca.

Sí, dicen los Maestros Delfines, la vida es una aventura. Cuando se entra en la conciencia de la sexta dimensión, se entra en la aventura de la cocreación consciente. ¿Qué crearán junto con sus hermanos y hermanas del planeta?

Que sea un Paraíso de Alegría y Amor.

Ese es su derecho de nacimiento.

¡Así hablaron los Maestros Delfines!

© 2004-5 Celia Fenn
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